"Ni una sola imagen queda intacta. Todas vuelan hechas trizas. Escisión perpendicular, cuadro superpuesto como máscara, cuadrícula, filtrado, estiramiento, temblor, borrón, estroboscopia, remanencia: procesos de incrustación, de sobreimposición. Cada imagen está siempre parasitada por otra u otras imágenes: se aglomeran ante el portón. Al encuadre que destaca y contempla algo único le sucede la cuadrícula que encadena trozos dispersos, de una totalidad imposible de recomponer. Lo que importa es la impresión de saturación y de desparramo. El mundo, cuando surge, surge en flashes, salpicaduras, surtidores de gotas. Riega las imágenes, que no se bañan en él. Hay siempre varias imágenes, varias cosas, para ver al mismo tiempo. Nunca demasiadas. A fuerza de cortes a lo ancho, a lo largo y a través, la pequeña pantalla se convierte en autopista de tres vías, en intercambiados donde los vehículos se lanzan en todas las direcciones, pulsan a todos los ritmos. Todos menos uno. Las 24/25 imágenes por segundo del cine/televisión."